a close up of a gun on a black surface
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Entonces… ¿Para qué 🤬🤬🤬🤬 quiero un seguro?

Déjame adivinar...

Tu aseguradora te prometió el cielo y ahora que le toca cumplir, te deja el marrón a ti.

Para cobrarte la prima son más puntuales que un cura en misa. Pero cuando hay que soltar un euro, les entran las dudas existenciales:
“Esto no entra”, “Hay que revisar la letra pequeña”, “Te llamará el perito”...

Y mientras tú, con tu empresa paralizada, la casa inundada o lo que sea, esperando a ver si a alguien le da por hacer su trabajo.

La buena noticia es que existen profesionales que te pueden ayudar, se llaman peritos de defensa del asegurado.

Si estuviera en tu lugar, no dudaría: buscaría a un perito de defensa que haya trabajado para compañías de seguros.

¿Por qué?

Porque hemos estado al otro lado.

Conocemos sus puntos débiles, cómo redactan sus pólizas y, sobre todo, sabemos en qué momento el perito de la compañía empieza a barrer para casa (y no es la tuya, precisamente).

No te confundas: el perito que manda tu aseguradora no está ahí para ayudarte.

Está para proteger a quien le paga.

Y spoiler: ese no eres tú.

Voy a darte la razón... pero solo si la tienes.

Así de simple. No te vendo humo.

Llevo más de 20 años en el mundo de la peritación. Soy perito de Seguros IRD, Perito Judicial e Ingeniero Técnico Industrial colegiado en el Colegio de Ingenieros Técnicos de la Región de Murcia.

Estas son mis credenciales.

Antes de aceptar un caso, me gusta saber si merece la pena. Para ti, claro. Pero también para mí.

¿Y qué significa eso?

Pues que si vienes porque tu compañía te debe 5.000 € de tu siniestro, lo primero que hago es mirar con lupa la jugada.

Reviso lo que la aseguradora te ha ofrecido, comparo con lo que tú reclamas y, sobre todo, me meto de lleno en tu póliza:
límites, exclusiones, infraseguros, preexistencias, garantías raras con nombres que nadie entiende... todo eso que parece escrito para confundir al que paga.

¿Y para qué tanto lío?

Para saber si hay opciones reales de meterles mano y reclamar lo que te deben.

Si veo que sí, vamos con todo.

Si no, te lo digo igual de claro: “Aquí no hay nada que rascar”.

Así trabajo.

Sin cuentos.

Sin letra pequeña.

éxito

Logros Clave

100%

Satisfacción Total
Reclamaciones Ganadas

95%

Eso sí, no acepto todos los casos.

Si tu reclamación supera los 3.000 €, entonces sí, hablamos.

Y si lo hacemos, te aseguro algo:

Vas a tener la tranquilidad de estar en manos de alguien que no solo sabe lo que hace, sino que te va a aconsejar como lo haría con un amigo de toda la vida.

Sin rodeos. Sin tecnicismos. Sin postureo.

Solo lo que necesitas saber, para que recuperes lo que es tuyo.